domingo, 27 de noviembre de 2011

Marina

Despertar es una tormenta,
sin percibir la dulzura,
de la dama de esbelta figura,
cuya ausencia destruye mi osamenta.

Nada más embriagador que su esencia,
hace latir mi corazón,
enloquecer esta razón,
desear a mi vera su presencia.

De nívea y amarfilada piel,
alternando con la azabache veta,
mirada que mi esencia espeta,
besos que hacen del desierto un vergel.

Suave cual flor,
belleza más allá de toda razón,
rodeada de aura divina.

Así es mi amor,
siempre suyo será mi corazón,
su nombre es Marina.

sábado, 1 de octubre de 2011

El encanto de las pequeñas cosas

Ver tu rostro al amanecer y besar tu piel
Caminar de tu mano donde quiera que sea
Tomar una cerveza entre risas y cigarros
Retozar en la cama durante toda la mañana
Cocinar para tí mientras me abrazas
Desfasar hasta que el Sol da la cara
Besarnos en cualquier esquina de la ciudad
Dejarnos llevar bajo la lluvia
Mirar a tus ojos mientras te digo "te amo"
Ver series entre sábanas abrazados
Hablar en una terraza tras muchas horas sin dormir
Imaginar una vida junto a mi mujer
Dormir en el pecho al compás de tus latidos

No son necesarios "días del amor" ni fechas señaladas, estas pequeñas cosas que ocurren cuando estamos juntos significan amor, puro y duro.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Saudade



Te huelo y no estás,
sábanas con tu sabor,
minutos son una eternidad,
alba vacía sin tu voz.

Larga travesía hasta tu amor,
caminos paralelos hasta ayer,
hoy latimos al mismo son,
aunque no veamos nuestra tez.

Hambre de tu piel,
suave y dulce sin par,
el más fértil vergel,
para este nómada su hogar.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Pearl




Una nueva vida que ha comenzado a final de un amargo verano, ahora se que nunca caminaré por la vida en soledad. Siempre quise bailar abrazado a tí esta canción y, como otras tantas cosas, se ha hecho realidad en este fin de semana.


Gracias mi amor


Pasado, presente y futuro



Hay quien dice que los sueños sueños son, no tengo más que discrepar. Tras 8 eternos años, en los que pensé que nunca iba a abrazar a aquella persona que, a pesar de no haber compartido el mismo espacio físico, era la persona más importante de mi vida, ella volvió a aparecer.


Radiante, dulce y apasionada, como siempre había sido, capaz de hacerme sobrecoger con una mirada... seguía siendo ella. Así fue como una mediodía de Septiembre la ví por primera vez, la mujer más bella y completa que había conocido en mi vida, quizá el momento más especial de mi existencia hasta entonces, aunque, a partir de dicho momento, cada minuto que paso con ella es el más especial de mi vida.


¿Compenetración? Una simple pequeñez comparada con lo nuestro, palabras robadas de la boca, lágrimas de amor, pasión a raudales... si realmente el amor existe, ésta debe ser su definición más pura.


¿Cómo no iba a querer pasar la vida con aquella que he soñado durante más de un lustro? ¿Cómo no iba a querer pasar la vida con aquella persona que desgarra mi alma con un sólo beso? ¿Cómo no iba a querer pasar la vida con ella, la única mujer que ha habido en mi pensamiento durante tantos años? Así fue como junto al mar, cuando los perezosos rayos de sol comenzaban a iluminar la Ciudad Condal, con un sencillo, no por ello exento de sinceridad y simbolismo, nuestras vidas se unieron en una promesa... la cual se ha materializado hace pocas horas... compañeros en la vida para siempre. ¿Realmente hace falta un papel con tu estado civil? Seguro que sabéis la respuesta.


Para siempre es poco tiempo... una eternidad de despertares con la sonrisa más bella nunca dibujada en la cara de mi amada, una eternidad de besos bajo la lluvia, una eternidad de pasión, confianza y amor. Una eternidad junto a aquella persona que forma parte indispensable de mi vida.


La inmensa felicidad de quien escribe, antaño atormentado y huraño, es tan grande que es capaz de hacer olvidar el lancinante dolor que causa un simple minuto sin ella a mi lado. Algún día ésta distancia acabará reducida a la mínima expresión... tan cierto como que sale el sol... tan cierto como que el amor existe...


porque sí, amigos... esto es amor...

lunes, 12 de septiembre de 2011

Tres palabras


Salitre en la piel amarfilada de un sueño hecho persona, iluminada por el tímido sol anaranjado del amanecer. El murmullo de las barbas de Poseidón cuando rompen en tierra firme, roto eventualmente por las gaviotas. No podía haber un escenario más propio para un momento único en la vida.

Una sonrisa sin par, deslumbrante, capaz de iluminar el más oscuro abismo, acompañado de la mirada que cualquier hombre desearía ver el resto de los días de su vida. En ese exacto momento, el mundo se detuvo, resultando superfluo todo lo que lo habita salvo tan excepcional sirena.

No hubo decenas de rosas como en los épicos romances, tampoco hacía falta, no era preciso oropel alguno para dicho momento, su autenticidad y simbolismo no necesitaba ser acompañado por metales o presentes, pues su sola presencia ya es el mayor de los presentes que se puede desear.

Tres palabras brotaron…

La primera fue amor, pues ¿no es amor que el torrente sanguíneo de nuestro interior se detenga ante tal visión? ¿no es amor desear ser acompañado el resto del camino por quien se desea? ¿no es amor sonreír como nunca sólo con escuchar su voz?

La segunda fue devoción, entusiasmo y fervor por aquella que es capaz de hacer temblar el pulso con una caricia. Ofrecer vida y sueños, hombro para la tristeza y carcajada para la alegría. ¿a caso no es de ley jurar devoción a la persona amada?

La tercera fue constancia, acompañada de compromiso, pues todo aquel que es llevado al cielo, da su alma por permanecer en él y, humildemente, no puedo imaginar una definición más fiel de cielo que aquel mismo instante.

martes, 6 de septiembre de 2011

¿Y tú dónde estabas hace 10 años?


Zona Cero


Cuando el que escribe revisa la historia del ser humano, por predilección sin duda, suelo acabar en el medievo. Una época oscura, en la que resalta, como no, las cruzadas. Estamos hartos de ver en películas una lucha por religión e ideales, en la que los cristianos asaltaban limpiamente los enclaves de Tierra Santa, no obstante la realidad dista bastante de esta historia edulcorada. El propio Godofredo de Bonillón afirmaba que "ríos de sangre" cruzaban las estrechas callejuelas de La Ciudad Tres Veces Santa. Ciudadanos inocentes masacrados, mujeres violadas, tesoros expoliados, una tónica que divisó desde su bella e incomparable majestuosidad la propia Santa Sofía, en una de las mayores atrocidades cometidas en la historia del ser humano, el asedio de Bizancio.

No obstante el génesis de las cruzadas no fue precisamente la religión, el vil metal, puestos comerciales estratégicos y la ambición llevaron a una catástrofe humana sin parangón previamente. Aunque, por supuesto, ¿quién se atreve a negar la épica de Ricardo Corazón de León y de San Luís?.

El ser humano, errante en su naturaleza, ha tropezado mil veces con la misma piedra, no queda más que preguntarse si realmente somos "la obra más perfecta de Dios" como algunos juran.

Hace 10 años, un atentado terrorista gestado en el, hasta entonces, despreciado Tercer Mundo dio un golpe en el punto de flotación del imperio capitalista predominante, los Estados Unidos de América. Sangre derramada, olor a carne en brasas y cenizas que aún son recordadas por los que, desgraciadamente, vivieron en primera, segunda o tercera persona aquel momento.

Sólo un magnicido, el de JFK, fue un toque de atención comparable para la sociedad norteamericana. Poco después, se desató la locura, un presidente incapaz, guiado por la mecánica militar más avanzada que el hombre ha conocido (que no al revés, no nos engañemos) y respaldado, muy a mi pesar, por el resto de países civilizados, llevó a cabo una nueva cruzada, ¿contra quién? contra los terroristas árabes.

Otra vez, el interés económico volvía a mover la espada cercenadora de vida del justiciero, pues el petróleo, junto a la empresa armamentística ha sido la gran beneficiaria de esta atrocidad. Era demasiado obvio que el aparato de propaganda occidental, en un movimiento que podría palidecer al mismísimo Goebbels, disfrazó de vendetta este derramamiento de sangre y, como no se podía esperar, funcionó a las mil perfecciones.

Las fuerzas del bien y el orden entraron en Oriente Medio a sangre y fuego, disparando por igual a la población, ejecutando en juicios sumarísimos a los culpables del atentado y, cómo no, instaurando a testaferros fieles a las barras y estrellas en sus gobiernos.

No obstante... ¿quién es el culpable del atentado? Bien, como escribía John Carlin en el artículo de opinión de El País el día 4 de este mismo mes, gran parte del entuerto fue favorecido por la inoperancia entre los servicios de información y el FBI norteamericano, de forma que, junto a un grupo de homicidas radicales cuya mera mención revuelve mis entrañas, la ineptitud del todopoderoso país preponderante fue uno de los principales culpables de dicho ataque aberrante.

Y bien, 10 años después, Estados Unidos tiene su vendetta, la cual ha costado:
  1. Pérdida incontable de víctimas civiles
  2. Apogeo de la industria armamentística sólo comparable con Vietnam
  3. Violación repetida del Acta de Derechos Humanos (Guantánamo, Juicio Sumarísimo a los responsables del atentado)
  4. Odio hacia el Islamismo en general en el mundo occidental
Bien, ¿dónde estaba la Justicia hace 10 años? De Vacaciones, tal y como lo ha estado durante el decenio siguiente.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Happy Birthay Mr Bulsara


Feliz 65 aniversario, Freddy. Aunque no estés entre nosotros, tus letras y voz son la banda sonora de nuestra vida, incluso de aquellos que cuando nos abandonaste éramos demasiado jóvenes para valorar tu arte.

Sobrecogedor, eléctrico e impactante, tú música sigue siendo fuente de inspiración, quizá por ello muchos te consideramos la mayor figura musical de la historia del rock.

God save the Queen, we miss you Freddie



viernes, 2 de septiembre de 2011

Fin de verano

Gotas de agua,
acaba el estío,
súbitamente.

Un sonetillo con métrica aberrante


Corazón,
melancolía.
Alegría,
sinrazón.

Desazón,
día a día.
Entropía,
relación.

Dolor,
amor.
Mudanza.

Futuro,
oscuro.
Esperanza.







miércoles, 24 de agosto de 2011

martes, 23 de agosto de 2011

Ich bin ein Berlinen (I am a Jelly Donut)


Ampelmännchen

Quizá la ciudad más sorprendente que he visitado, con barrios que enamoran a quién busca más que paisajes y tiendas. No creo equivocarme demasiado afirmando que es, probablemente, la ciudad más bohemia en la actualidad de Europa.

El encanto de los restos socialistas se mezcla con el mundo urbanita del lado occidental. Donde el bullicio de Alexanderplatz se mezcla con la paz de Tiegarten, donde la exposición más cruda del resto nazi se mezcla con la bella sinagoga de reciente reforma. Una ciudad cosmopolita donde las haya, sí... me he enamorado de Berlín.

Fernsehtrum desde Alexanderplatz

viernes, 27 de mayo de 2011

Si Engels levantara la cabeza...


El socialismo ha muerto. Aquellos que deberían pujar por el bienestar social no son más que adláteres de los grandes banqueros.

El siglo de lucha obrera en nuestro país ha acabado en una farsa, en una vuelta a la época en que los grises aplacaban a ostias las airadas protestas del pueblo.
Aquellos, los que han hundido la economía mundial, maestros titiriteros de marionetas que dicen defender la izquierda o el centro-derecha de nuestro país, son el verdadero poder, da igual si votamos a PSOE o PP, ellos seguirán llevando las riendas de los caballos a cuyos pies estamos.

Ahora, nuestra queja queda ahogada ante este neofascismo monetario, el cual, si bien, no acaba directamente con la vida de las personas, las condena a la más absoluta de las miserias. No escucharéis voces airadas de "los padres de la libertad" en contra de estas sabandijas, como las que hemos oído recientemente contra Mubarak o Gaddafi, dado que aquellos que dicen velar por la democracia y los derechos del mundo son los primeros sirvientes de los titiriteros.

Esta clase política ha enterrado la esperanza en la clase política que teníamos a finales de los 70 y durante los 80, aquella que nuestros padres tenían y la cual dudo mucho que vuelva.

Mi más sincera enhorabuena

sábado, 26 de marzo de 2011

¿Es la empresa farmacéutica la mejor amiga del médico?

¿Somos los médicos unos vendidos? ¿Recetamos aquellos fármacos de las empresas que nos obsequian con incentivos materiales? Son dos preguntas que me han realizado reiteradamente amigos, familiares e, incluso, pacientes. La respuesta es negativa, al menos de cara a la galería, no obstante, como en todas las profesiones hay profesionales sin escrúpulos.

Los españoles, amigos de la demagogia, nos ruborizamos cuando un profesional sanitario, por razones más crematísticas que científicas, receta un antilipemiante con el mismo principio activo que uno genérico. Sin embargo, muchos de estos que señalan al galeno como vendido o hijoputa (el español cuando califica, califica de verdad), tienen ingresos b, buscan bajas laborales bastante dudosas o intentan sacar dinero, de cualquier manera, al estado. Sin embargo, el médico no cobra un duro por poner Zarator en vez de Atorvastatina, en nuestro caso, el del residente, como mucho nos dista un bolígrafo o, en el mejor de los casos, algún curso formativo de carácter científico que, en ninguno de los casos, es estado nos sufragaría, ya que no invierte un mísero euro en formación del personal sanitario.

Bien, podréis acusar estas afirmaciones de demagogia, lo entendería, ya que no soy de los que comulgan con la publicidad que los representantes farmacológicos hacen en los hospitales, en los pasillos de las plantas, junto a enfermos, dando una dudosa imagen de los sanitarios. Cierto adjunto con el que tuve el placer de rotar en Neurología, los llamaba spam, ciertamente, no distan demasiado de la publicidad de viagra o alargadores de pene que podemos encontrarnos en nuestro buzón de hotmail (supongo que las anunciadoras de Internet me mandan mensajes subliminales...). En muchas ocasiones publicitan fármacos de dudosa actividad, o netamente inferiores a los usados, con efectos indeseables no publicitados en sus bibliografías claramente sesgadas (por ejemplo los, tan de moda, inhibidores de la DPP-4 para el control de la Diabetes Mellitus tipo 2).

Ahí está la labor discriminatoria del médico, que, a pesar del bombardeo publicitario, receta el fármaco que mejor se ajusta a la patología del paciente, o al menos debería hacer eso. Y doy fe que gran parte de nuestro gremio lo hace así. Sobre todo, teniendo en cuenta las dificultades y penurias económicas en las que nos movemos en este tiempo.

No obstante, hay ovejas negras en todos los rebaños. Igual que hay médicos corruptos, hay médicos que recetan ciertos fármacos espoleados por la empresa farmacológica. Sin embargo, este porcentaje es nimio, y no debe llevar al menosprecio del acto médico del resto del gremio.

La realidad, penosa doquiera las haya, es que los únicos que invierten en investigación son las farmacéuticas privadas, así de claro. Si la investigación fuera de carácter público, no habría empresas farmacéuticas con un poder económico superior que el de ciertos países tercermundistas.

Quizá algún día cambie todo... espero que a mejor.

miércoles, 2 de marzo de 2011

martes, 22 de febrero de 2011

La muerte... esa desconocida...

Todos morimos algún día. Irrefutable y necesaria verdad, algo conocido desde que el primer homínido caminó por este bello orbe azul. Puede parecer una perogrullada, lo reconozco, sin embargo, observando como se nos prepara ante la muerte, dicha obviedad comienza a tomar dimensiones más interesantes.

La palabra muerte es un tabú, quizá el más temido jinete del Apocalipsis, ya que significa el punto final del devenir vital del individuo, identificado con pestes, guerras y demás atrocidades. Un curioso tabú, ya que se refiere a una parte del ciclo de la vida tan importante como el mero nacimiento del individuo.

¿Y por qué el hombre teme a la muerte? La muerte inspira miedo al ser humano, miedo al vacío, y a descubrir que somos simples y llanos seres vivos, que, en un momento dado, acaban su existencia, sin vuelta de hoja.

Esta realidad me lleva a una reflexión que, no os voy a mentir, resulta realmente interesante: el hombre crea a Dios por miedo a la muerte. Ya que, como fin de la partida que significa, llega igualmente al bueno como al malo, al generoso como al egoista, sin hacer distinción de clases ni pasados.




Por supuesto, esto trasciende sobre cualquier justicia aplicable por el hombre (imaginad que vuestro vecino, de vida disoluta y reprobable, va a acabar exactamente en el mismo lugar que vosotros, de vida recta y loable... o algo así), por lo que el ser humano inventa a Dios, un ser todopoderoso que aplica una justicia post-mortem (llamadlo juicio de almas los creyentes si deseáis) cual forense ante un fallecimiento enigmático. Por otro lado, este Dios promete a aquellos fieles y justos una "vida espiritual" eterna de iluminación... promesas dignas del mismo David Koresh (aquel simpático sectario que se atrincheró en Waco y acabó con su vida y la de sus adlateres).

Bien, expuesto esto, la vuelta de tuerca definitiva... en el día a día, observas como una gran cantidad de creyentes (o al menos eso dicen) tienen miedo a la muerte. Es decir, aquellos cuya salvación debería estar asegurada tienen miedo de fallecer... (ante este sinsentido el propio Aristóteles se colgaría de un madero).

Desde la tierna infancia se nos ha enseñado a la muerte como algo oscuro, tétrico, lúgubre y triste. Engañamos vilmente a nuestros menores diciendo que sus familiares menores "se han ido de viaje"; la televisión nos da una imagen tenebrosa de la muerte (salvo Padre de Familia) y, bueno, la Iglesia colabora atemorizando a su rebaño con el miedo a un tormento eterno tras el fallecimiento de aquellos que han sido "pecadores".

Es nuestra tarea cambiar esto, dejar de temer a la muerte e instruir a los nuestros sobre la naturalidad del fallecimiento. Los velatorios entre plaños y golpes de pecho no sirven más que para avivar este círculo que solo trae la infelicidad.

Una vez valoremos la muerte como tal, podremos admirar la vida en su total extensión

jueves, 27 de enero de 2011

Aforismo existencial

La muerte es caprichosa, en ocasiones se hace de rogar tras su búsqueda, en otras, aparece abruptamente ante nuestros atónitos ojos