
No lo entiendo, por mil veces que lo valore, razone y cuestione, no entiendo como ciertos personajes, patéticos, carentes de interés y cualidades aparentes, se transformen en iconos de la sociedad. No entiendo como teniendo en nuestra programación televisiva, ya depauperada de base, programación de calidad (generalmente en TVE 2), la gente caiga en las redes y se borreguice (perdón por el palabro) con la prensa rosa.
Y es vergonzoso, por utilizar un calificativo suave, observar como la sociedad española ha prestado más atención a la operación de nariz de la diva del papel cuché, la Barbie de la tienda de los chinos, Belén Esteban que al drama de Aminetu Haidar, igualmente de actualidad.
Seis millones de personas sentaron su culo ante el televisor el Viernes pasado para ver la cara de la susodicha estrella, y ayer mismo, la diva del canal de la telemierda (Telecinco, para más señas) volvía a la televisión junto a su cirujano. Las declaraciones del cirujano no tenían desperdicio:
"Estudié mucho cómo hacerle la reconstrucción de la cara"
¿Mucho? Vamos a ver, este hombre debe ser un genio, porque a cualquier otro mortal le hubiera costado un mínimo de 3 vidas estudiar completamente como reconstruirle la cara.
De todas formas, no nos engañemos, la nariz de esta señora, la ha pagado indirectamente España. ¿Cómo? Encendiendo la tele y poniendo el canal de Paolo Basile, lo cual ha hecho que se firmen contratos estratosféricos a gente sin cualidades y que, en un país medianamente normal, estarían en la cola del INEM (véase J.J.Vázquez, Belén Esteban, Lidia Lozano...) o, simplemente, muriéndose de hambre.
Pero visto por el otro lado... joder, podemos darnos la enhorabuena de tener cirujanos plásticos tan buenos en España, desgraciadamente, sus honorarios sólo están al alcance de los más pudientes (y no de la gente llana, aunque la Esteban presuma de ser del pueblo).
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